domingo, 26 de diciembre de 2010

Su barrio, Baker Street



Al salir de mi habitación contemplé su cuerpo dormido en la butaca. Era tarde, de noche. Su cabello poblado lucía unas canas irreconocibles. Me detuve. Lentamente le arropé con mi manta, mientras rogaba que no la visitara el tiempo ni las horas, pues no quería perderme ni un segundo de su vejez.

Abrí la puerta sin abrocharme el último botón de mi abrigo. En la ventana la estampa de mi infancia, la que contemplé de niño cuando cenaba de madrugaba. La vista que me acompañaba al soñar con mi futuro.

Paseé por las calles que no aparecen en ningún libro. Los escalones de las risas, de mi gente, de los adolescentes que crecieron y olvidaron aquel lugar. Tan nuestro todo.

Recordé, llovía… una oportunidad única para correr. Rápido, más velocidad, quería superar la barrera del tiempo para respirar y conservar en mi mente los olores de mi vida.

Desemboqué en el mar, aquella playa, la arena, quizás mi primer beso. Sólo pude reír, ser feliz. No se había olvidado de mí, estaba seguro, pues el ruido de las olas seguía siendo el mismo que entonces.

“Aquí me quedo”, grité. Este es mi sitio, mientras el brindis de mi promesa lo cerraba de rodillas en su orilla.

viernes, 24 de septiembre de 2010

El chico de pelo rizado




“No te atreves”, dijo con voz desafiante. Maldita mi suerte y esa incitante frase, pensé. Otro lío más, no sé cuantos van ya. Discusión, castigo y cabreo, la misma relación de sucesos a la que empiezo acostumbrarme. ¿Qué quieren que les diga? ¿Qué no? Si en el fondo es divertido.

Inmaduro, pasota, egoísta… lo de siempre, el discurso inquebrantable. Aquel que entra por un oído y al instante sale por el otro.

Una noche más llegaré a mi casa, allí me esperarán con la cara larga, deseosos de una replica para contraatacar con un golpe. Pero no, tengo dignidad. Agacho la cabeza, asiento y voy directo a mi cuarto, no soy un caradura.

“Cuando vas a centrarte”, me dicen. No por ahora, reflexiono, aunque no me atrevo a decirlo en voz alta. “Estudia, ayuda a tu padre, lee, ve alguna película”, repiten una y otra vez. ¿Por qué? Si me aburre. Quieren convertir sus valores en los míos, no me apetece, no quiero. Soy más sencillo, mi eterna inocencia se traduce en verla cada tarde abajo en la plazoleta. En joder con una gamberrada al vecino pesado de siempre. Ese que me prohíbe jugar con un balón, pues el muy flojo se ve con más derecho a dormir tres horas de siesta. Sí, el pesado de bigote. El que me habla de valores, me riñe y mira por encima del hombro mientras de puerta para adentro es un cabrón con su mujer.
¿A mí vas a darme lecciones? Al menos me tiemblan las piernas cuando ella me mira y se ríe. Cuando de su boca sale un dulce “estás loco” tras dar un pelotazo en la ventana de tu cuarto.

Que si sólo quiero videoconsola e Internet. ¿Qué sabrán ellos? En la tele los de siempre, todos saben más que yo: “antes a mi generación le bastaba un trompo y tres estampas, nos divertíamos con menos, en cambio los niños de hoy en día…”, afirman. Pues ya serías tonto, colega, para pasar los días bailando un trompo. Ahora comprendo la herencia que me estáis dejando. Un país hundido en la miseria, una Universidad a la que no podré acceder por cuestiones económicas, un pésimo sistema educativo en el que estudio para aprobar, pues nada aprendo, paro y cambio climático. Una mierda, vaya.

Encima el viejo fascista que se sienta en el banco que usamos de portería me llama niñato, y me obliga a guardarle respeto por el hecho de ser mayor. “Cállate”, le digo, para dos días que te quedan y vives amargado. En mi clase hay un negro, tres gitanos y dos homosexuales. Todos nos tratamos igual. Eso es tolerancia y no lo que tú proclamas.

Pues eso, amigo, que me atrevo. Ojalá siempre sea así y nunca me entre miedo, que nunca se agote mi infinito valor y me convierta en uno de ellos. Un espíritu rebelde, con causa o sin ella, y al que no le guste… ya lo dijo Maradona: Qué la chupe, que la siga chupando…

sábado, 24 de julio de 2010

Viajero sin destino



Cogí mi barca y me fui. Buscaba la Atlántida, Ítaca o Macondo, lugares idílicos que habitaban en mi mente, que aún no sé siquiera si existen.

Cogí mi barca y me fui. Huía, no sé de qué -ni de quién- pero buscaba con anhelo aquello que se esconde al otro lado del horizonte, donde no llegan las miradas.

A veces optaba por nadar, necesitaba que la mar y el salitre purificaran cada poro de mi cuerpo. A ratos, en cambio, prefería que la proa de mi embarcación rompiera con fuerza cada ola que se cruzaba en nuestro destino, el cual era incierto.

Huía, repito, y aún no sé por qué. Apático, quizás, por una sociedad errante o un ego dubitativo.

Por un mundo dominado por rateros y mentirosos, que consiguieron que aborreciera la figura heroica del ladrón, esa que tanto alabé.

Una ciudad sencilla, dormida, con una farsante por alcalde. Capaz de cambiar cada verano de discurso. Presumiendo un año sobre la construcción de un puente ficticio y exigiendo -al siguiente- que sus vasallos se movilicen, pues dicho proyecto faraónico no era de su competencia, sino del enemigo. Hipócrita, en definitiva.

Por ello huía. Llenaba mis ojos de infinitos atardeceres, siempre rodeado de agua salada. Una estampa que, sin duda, era más sincera que cualquiera vista anteriormente en tierra.
Me fui por culpa de un planeta donde el esclavismo se esconde bajo el nombre de neoliberalismo, paralelismo que disfraza la magnitud del capitalismo, el cual nos metió en la crisis y saldrá de ella reforzado.

Un Gobierno de derechas que escupe en el significado de las palabras obrero y socialista. Populares vacíos en cuanto contenido, pero impregnado y rebosantes de odio y hambre de poder. Y una izquierda que por desgracia no sé si actualmente existe. Una izquierda que me engañó, que me dijo estar unida cuando todo era mentira. Ocultó su falta de ambición bajo la apatía del pueblo y -aún hoy- sigue ligada a corruptos sindicatos, en lugar de gritar: “a las armas camarada”, que aquel Mayo del 68 no nos queda tan lejos. Frustración que tardaré en superar.

Pero a quién quiero engañar, no escapé por ellos, pues no siento miedo, sino odio. Y precisamente esa amarga sensación de ridículo sentimiento, ese repulsivo sabor a rabia fue la que me empujó a la mar.

La percepción de vacío que inundaba cada noche mi cabeza, que me golpeaba y me recordaba un futuro incierto. Mi historia cambió y no volverá el tiempo que anhelo.
La realidad tiene forma de lobo y los inútiles como yo capaces de dañar –con intención o sin ella- a las personas que le importan no tienen futuro ahí fuera.

Apáticos ilustrados que intentamos limpiar la conciencia y pecados con un artículo de opinión, creyendo –encima- que por escribir unas líneas ya hemos cumplido con nuestra gente y nuestra alma. Tan hipócritas como ellos.

Por todo ésto huí, y volvería a hacerlo, sino fuera porque cuando llegué con mi barca a aquel destino no me esperaba Macondo. Sólo había un ordenador, sobre una mesa, donde redacté una hoja. Página que será leída por pocos, valorada por menos y entendida por nadie. A pesar de que en ella no deposité mis ideales, sino mi vida.

domingo, 23 de mayo de 2010

Pamplinas variadas


Me dijo un dominicano, con ilusión y tristeza, que en el palacio nacional se hayan enterrados todos los héroes de la patria. Allá mismo, junto a los restos, permanecen intactas varias tumbas vacías. El motivo es claro, “aún quedan héroes por venir”.

Aunque como él comentaba: los que dicen ahora ser superhombres lo único que buscan es llenarse los bolsillos de dinero. Y luego, “si te he visto… no me acuerdo”.

Si fuese tú, compañero, sellaría y cerraría cada uno de los nichos de esa sala, pues a quienes aguardas jamás descansarán rodeados de gloria.

¿Acaso William Wallace buscó la paz tras gritar libertad? Su cuerpo fue degollado y colgado sin sepultura por distintos rincones del Reino Unido.

El Che, por su parte, no tiene restos ni enclave donde adorarle. Sólo permanece vivo el afán de muchos por arrebatarle el mérito que consiguió en su lucha. Poco le interesó el sitio donde descansaría -para siempre- cuando cargó su fusil camino de Bolivia.

Milicianos anónimos que comparten fosas comunes, abuelos que no aceptaban ser dominados por un sistema dictatorial.
Proscritos del 68, los cuales afirmaban que bajo los adoquines encontraríamos arena de playa. Poetas y escritores que pasaron entre rejas los últimos días de su vida, sin musa a la que evocar ni inspiración que explotar.

Por ello, precisamente, son definidos con el nombre de héroe. No buscan la eternidad, sino actuar conforme a su conciencia, recibiendo a cambio el orgullo de poder dormir sin desazón cuando cae la noche.

Entretanto y mientras llegan, pues seguro que vendrán, nos queda tu palabra, mi pluma y su grito para combatir a los gringos, la injusticia y la opresión.

Tu palabra, mi pluma y su grito… que no es poco compañero.

lunes, 19 de abril de 2010

Tragando saliva

Cuenta mi amigo Pablo que él solamente quería escuchar la palabra de Dios, su Dios. Era su única intención. Me lo dijo más cansado que indignado. Comentaba que en su templo se habla poco de la Biblia y mucho de política, que a veces parece que es Rajoy -en vez de un cura- quien lleva a cabo la misa.

Me insistía y repetía que a la Iglesia iba exclusivamente a rezar, pues para hablar del aborto y los homosexuales ya están las tertulias de los bares.

Lo dijo él, Pablo. Un joven con fe verdadera, uno de los pocos chavales que aún no ha renunciado a sus creencias por culpa de la patanería e incompetencia de quienes son dirigidos desde el Vaticano. Un creyente de verdad, de los pies a la cabeza.

Le achacaba el sacerdote la ausencia de “cristianos auténticos”. De los que se dan golpes en el pecho, de los que comulgan los domingos y andan jodiendo al prójimo el resto de la semana. De los que gustan al clero.

Curioso –pensé- que le recriminen esto a mi colega. Un tío que sería capaz de colarse en el seno del Partido Comunista recitando a gritos cada uno de los versos que componen el Ave María. Pero no lo hace, pues con sus ideas no pretende molestar a nadie.

Aunque te duela, Pablito, la rancia jerarquía eclesiástica sigue jodiendo como lo ha hecho a lo largo de la historia. Te hablo de jerarquía, amigo, ya que en esa familia existen ejemplos de verdadero humanismo. Y sería muy injusto introducir a todos en el mismo saco.

Pero algo falla. Es intolerable que personas como el cardenal Tarcisio Bertone tenga la desfachatez de relacionar la pederastia con la homosexualidad, descartando dicho vínculo del celibato. Nadie le enseñó a esta obsoleta autoridad que en ocasiones lo más digno es pedir disculpas y tragar saliva.

Saliva que han tenido que tragar durante décadas los homosexuales de este país, acusados por vagos y maleantes. Condenados por amar, el sentimiento más puro que promulgó y extendió Jesús durante su vida.

Saliva que también traga cualquier mujer –independiente de la edad- cuando toma la decisión de abortar, siendo juzgada por personas que observan el acto desde fuera. Cómo si fuese poco el dolor y remordimiento que sienten tras su determinación.

Saliva de los campesinos que aportaban el diezmo, de los herejes, de los niños que perdieron la infancia asfixiado por el olor a sotana. Saliva del pueblo chileno, argentino, español o dominicano, que miraban y acataban la unión entre milicia y religión.

Saliva que, incluso, tragará el de Nazaret cuando observa que tras predicar austeridad y solidaridad lo sacan -en plena crisis- rodeado de oro y lujos materiales. Mientras sus hermanos, aquellos por los que murió en la cruz, continúan viviendo en la miseria.

Saliva de los míos. De aquellos que no pudieron hacer el amor ni usar un condón por ser “inmoral”. De los que tuvieron que tragar como pronto tragará el Vaticano por su intolerancia pasada y actual, sufriendo por castigo el desconocimiento del placer que se siente cuando te despiertas junto a la persona que quieres.

La Iglesia de antaño o de ahora, en definitiva los mismos perros de siempre, salvo que portan distinto collar.

lunes, 15 de febrero de 2010

Recuerdos


Una vieja caja de cartón rompe por un instante la rutina de su vida. Monotonía ocupada por una familia, hipotecas, vivienda y un trabajo muy lejano a aquel sueño estúpido de cambiar el mundo a través de su pluma.

Entre el gabinete de comunicación, sus hijos y obligaciones como padre y esposo poco tiempo le queda para preguntarse si realmente es la persona que un día se prometió a si mismo que sería. Un soñador empedernido, sin ataduras ni miedos, que jamás vendería sus escritos a los intereses capitalistas. Un joven idealista que prometió no ser, entre cervezas y botellones con sus amigos y compañeros de facultad, el típico modelo estándar de una sociedad homogénea.

Aquella caja de cartón polvorienta remonta sus pensamientos a los que, sin duda, fueron los mejores años de su existencia. Periodo intenso, ocupado por noches alargadas hasta el día, cultura en los pasillos, las aulas y los bares. Deporte, amor y promesas de amistad eterna.

Con melancolía, sujeta entre sus manos una antigua postal de la Alhambra, un recuerdo – que valga la redundancia– le recuerda que nunca estuvo solo en el camino que eligió. Fotos con cordobeses, jiennenses, gaditanos, extremeños, canarios y sevillanos, que tienen de fondo cualquier rincón del barrio Santa Cruz, de la plaza del Salvador o la Cartuja.

Su mente se inunda de nostalgia, llegando a la conclusión de que las personas son más felices cuanto más sencillas sean, que no simples.

Sencillez que consiste en compartir piso, cuarto de baño, cocina e intimidad con tres personas más, riéndote, sin preocupación, de aquello a lo que llaman soledad. Descubrir que dormir acompañado en una cama pequeña es mucho más placentero que descansar en un lecho holgado, pues los abrazos que acompañan tu despertar sustituyen a las horas de sueño.

Apreciar la sensación tan dulce que se siente cuando sabes que tu único problema es aprobar una asignatura. Y burlarse –como me enseñó un amigo de la antigua capital del califato– de cualquier adversidad, pues estas son más llevaderas si las acompaña con una sonrisa.

Beber, leer, aprender, observar. Faltar a clase para tomarte un café. Tocar fondo tres veces por semana, saborear las derrotas, los éxitos y los fracasos. Apoyarte en el hombro de un hermano que tiempo atrás fue un desconocido. Sensaciones que tan sólo puedes experimentar en la alocada juventud.

El paréntesis de la monotonía se rompe cuando el reloj marca las seis. Hora de coger el coche e introducirse en un atasco para recoger a los niños. Con cariño, vuelve a introducir en la caja de forma desorganizada los apuntes garabateados, las fotos y postales, ya que aquellos años nunca fueron ordenados.

Una extraña sensación recorre su cuerpo. Aunque su rostro, finalmente, se decanta por una leve y boba sonrisa. “Al fin y al cabo”, piensa en voz alta, “yo puedo afirmar que la felicidad existe”, y que ésta puede encontrarse en cualquier esquina, aunque a veces estamos tan ciegos que pasa desapercibida entre nosotros.

miércoles, 10 de febrero de 2010

Siameses


Recuerdo una escena de la película Los lunes al sol. Era un sencillo diálogo entre dos obreros –con alguna copa de más- a la salida del bar. Uno de ellos realizaba una metáfora para comparar, creo yo que era su intención, a la clase obrera. Dos hermanos siameses eran el símil. Ambos se encontraban cansados de aguantar a su acompañante las 24 horas del día. Por ello, optó por empujarlo, intentando de este modo desprenderse de su costado. Cuál fue su sorpresa al descubrir que cayendo su hermano, él caía también a su lado.
Mi pluma, quizás, sea repetitiva. Al igual que mi causa hace mucho que está perdida. Aún así, y por si algún día pierdo la ilusión y las ganas, quisiera hablarles una vez más de mi gente, de mi pueblo y de trabajadores que un día cortaron el puente. Me gustaría charlarles -si aún no se han cansado de escucharme- de mis siameses particulares, de gente con mono azul y humo en los pulmones.
Contar las ilusiones que se fueron junto a las promesas vacías de tantos políticos cobardes. Alcaldes y presidentes que sonríen a empresarios y multinacionales -auténticos dirigentes de este planeta- mientras le dan la espalda a todo aquel que no tiene para llegar a fin de mes. Comentar mis temores, mis ideas y, por qué no, mis vergüenzas. Y hablando precisamente de vergüenza, pues fue eso lo que sentí, saco el sentimiento que me transmitió la letra escrita el pasado jueves por Luis Rivero e interpretada por la comparsa Boludos.
No sé qué pretendía, lo desconozco, y evito con ello juzgarle, pero a mi parecer –y opino al igual que hizo él- en algún momento confundió el camino, o al menos no se informó adecuadamente.
En su pasodoble un parado le recriminaba a un ex trabajador de Delphi que a él sólo le queda la cola del INEM, que no realiza cursillos y además se ha quedado en la calle. Asimismo afirmaba que ellos tendrían la suerte de ser recolocados próximamente, dejando entrever la ausencia de motivos para quejarse por su situación, pues fueron muchos a la hora de cortar el puente Carranza.
Por un momento parecía que los antiguos currantes de la multinacional fuesen los culpables de que existiesen en la provincia gaditana más de 170.000 parados, ya que obvió mencionar al Gobierno, La Junta o la alcaldesa. Olvidó, o quizás ni se planteó, que los cursos se siguen haciendo porque no le han devuelto el trabajo que un día le robaron.
Ellos no mendigan, sólo piden lo suyo. Que la recolocación de la que habla se complica cuando hablamos de personas con 47 años, los cuales son jóvenes para jubilarse y viejos para ser contratados por otra empresa. Y que si otros fueron despedidos de su fábrica, sin indemnización ni esperanza, fue por culpa del mismo capitalismo aniquilador que dejó en la calle a los obreros de Puerto Real.
Cada cual no tiene su problema, todos tenemos el mismo. Si hay gente en peores condiciones es motivo más que suficiente para estar unidos y manifestarse cuantas veces sean necesarias. En lugar de orientar la rabia de la injusticia en otros parados a los que pusieron un parche con forma de cursillo. El calvario es el mismo, no hay que olvidarlo. Por ello Rivero, si empujas a tu hermano es muy probable que caigas junto a él y cuando los siameses estemos en el suelo ¿Quién va a levantarnos?

viernes, 15 de enero de 2010

La tienda de la esquina


Dice mi padre que ya no es rentable. Que no compensa levantarse a las siete de la mañana y llevarse todo el día luchando con clientes, seguro, La Junta y sus trabajadores -que son mis hermanos-.
Que a su edad, que no son pocos sesenta y largos, ya bien merece un descano. Y la verdad es: que no le falta razón.
Dice mi padre que ya no aguanta más, que está cansado. Que lleva currando desde chiquillo y ya no tiene más fuerza. Que si otras crisis pasaron de largo, esta –en cambio- vino para quedarse. Y la verdad es: que no le falta razón.
Dice mi padre que si no aprovecha ahora ¿cuándo lo va a hacer? Que tiene once nietos y una mujer que bien merecen su tiempo. Una señora que siempre estuvo a su lado, apoyándole sin pedir nada a cambio y que ahora le toca a él devolvérselo. La verdad, no le falta razón.
Dice mi padre que se jubila. Que cierra la tienda. Aquel taller de electricidad que abrió cuando yo ni había nacido y que le sirvió para criar a seis niños, pero que ahora –al parecer- poco compensa tenerla abierta. La verdad, no le falta razón.
Y ¿cómo va a faltarle? Si la tiene. Lleva más de cuarenta años cotizando y le va a quedar una pensión que supera por muy poco los 600 euros.
Un trabajo poco reconocido a alguien –mi padre- que emprendió un proyecto con escasos recursos.
Dice mi padre que él –por lo menos- tuvo la suerte de que le saliera bien. Que ha podido ahorrar durante todos estos años, pero otros -que también probaron suerte- no han tenido el mismo destino.
“¡Qué la cosa está fatal!”, dice mi padre, que si sigue al pie del cañón no es por él, sino por nosotros –sus hijos-, pero que en cuanto yo acabe la carrera, pega el cerrojazo. La verdad, no le falta razón.
Dice mi padre que quiere cumplir sus sueños, y que estos son “muy sencillitos”. Pasear con mi madre en verano por la playa, y luego tomar una tapita en cualquier bar. Que si luego ella quiere ir a ver a los chicos, pues que él le acompaña.
Dice mi padre que “ya está bien tantas preocupaciones”. Que no se le quita el dolor de la espalda y que cada vez está peor de la vista de tanto forzarla. Que este invierno ha hecho mucho frío y que no tiene ganas de andar todas las mañanas hasta la calle Sagasta. La verdad es que a mi padre, no le falta razón.
Y por mucha razón que tenga mi padre, y por más que repita lo que digo, aquel taller que hace esquina en Sagasta aún no ha cerrado ni un día. Supongo que esa fama inmerecida que tienen los gaditanos de flojos será porque a mi padre, desde luego, no lo han conocido.

jueves, 14 de enero de 2010

Hablemos de carnaval


En cualquier bar del barrio la viña, con una barra que emula el sonido de la caja suenan compases de carnaval. Se acerca el concurso, las reivindicaciones en forma de cante y los piropos a la ciudad más vieja de occidente.
Los lavaderos de las casas más añejas del casco histórico se convierten en improvisados locales de ensayo. La humedad es incapaz de vencer a la ilusión y las ganas de quince gargantas unidas por una misma pasión. Noches que se alargan hasta la madrugada, tiempo robado a las familias, lluvia, viento y temporal sufren los componentes de las agrupaciones para acudir cada jornada a la cita con su comparsa, chirigota, coro o cuarteto.
Nada importa, sólo preocupa que el sábado 15 –fecha inaugural del concurso del Gran Teatro Falla- todo esté perfectamente preparado.
Es febrero, junto a enero, el mes en el que el pueblo le vence la partida a los políticos, los cuales no tienen más remedio que escuchar –con más vergüenza que pena- lo que Cádiz quiere decirle.
La cita en el teatro de alargará hasta el viernes 12 febrero, convirtiéndose luego la calle en la verdadera protagonista de las fiestas. Pasodobles y risas que desembocan en cualquier callejón, estribillos y letras repetidas en cualquier plaza hasta convertirse en inmortales. En definitiva, la magia del carnaval, donde se disparan papelillos y serpentinas, siendo la rebeldía la mejor de sus armas.

El calendario con el orden de actuación en el concurso del COAC es el siguiente:

Viernes 15 De Enero

Coro - El Coliseo
Chirigota - Así Somos Yo (Los Esquisofrénicos)
Comparsa - En El País De Los Ciegos...
Cuarteto - Cuarteto Milenio
Chirigota - ¡¡¡¡Cuidao Que Voy!!!!
Descanso
Coro - Los Caperucitos Muy Enrollaos, El Cuento No Se Ha Acabao
Comparsa - La Mujer Luchadora
Chirigota - Los Míster
Comparsa - El Remolcador De Cádiz
Chirigota - Las Novias De Los Comparsistas Que Se La Dan De Artistas

Sábado 16 De Enero

Coro - Las Reinas Del Pópulo
Chirigota - Autoescuela "Echa El Freno Madaleno"
Comparsa - De Par En Par
Chirigota - Los Ositos De Peluche (Chirigota Mimosa Gaditana)
Comparsa - Los Caballeros De La Piera Reonda
Descanso
Chirigota - Los Mac Payasos Del Carnaval
Comparsa - El Sueño De Febrero
Chirigota - Los Pre-Paraos
Comparsa - Las Conciencias Del Carnaval
Chirigota - Los Agujita De Oro
Domingo 17 De Enero
Coro - La Pesadilla
Chirigota - Santa María Pura
Comparsa - Cuento Chino
Cuarteto - ¿Qué Hacemos Con El Pavo?
Chirigota - Los Emires Por Donde Se Mire
Descanso
Comparsa - Los Rompecorazones
Chirigota - Las Supernonys
Comparsa - Los Malaventurados
Chirigota - Pues Ahora, Los Reberde Por Cojones
Comparsa - Los Salvapatrias

Lunes 18 De Enero

Coro - Maracaná
Chirigota - Con Un Par
Comparsa - Las Treinta Monedas
Chirigota - A 4572 Km De Casa, Una Chirigota Ilegal
Comparsa - Las Noches De Bohemia
Descanso
Coro - Las Pioneras
Chirigota - Los Que Siempre Te Dan La Espalda
Comparsa - Los Fabulosos
Chirigota - Suicidio Por Desempleo
Comparsa - Del Corazón De La Tierra

Martes 19 De Enero

Coro - El Cofre Del Tesoro
Chirigota - Los Que Salieron Del Teatro Romano
Comparsa - El Niño Que Llevas Dentro
Cuarteto - Los Chorizos Colgaos
Chirigota - El Escuadrón De Los Jartibles
Descanso
Chirigota - Fiesta Fin De Curso-Escuela Infantil "La Rana Manca"
Comparsa - Las Damas De La Noche
Chirigota - Una Chirigota De Interés
Comparsa - Serenata
Chirigota - Los Malpensaos

Miércoles 20 De Enero

Coro - Mirando Por Cádiz
Chirigota - Los Que Son Felices, Sin Comer Perdices
Comparsa - La Rebelión De Los Necios
Chirigota - Los Famosos
Comparsa - Si No Existiera El Dinero
Descanso
Chirigota - Los Figuras
Comparsa - Los Entusiastas
Chirigota - Los Que Quedaron De Aragón
Comparsa - La Libertad Dormida
Chirigota - Los Del Tres Por Cuarto (Buena Táctica Pa Un Partidito)

Jueves 21 De Enero

Coro - Un Coro De Lunares
Chirigota - Si Me Ves Correr Trate De Seguir Mi Ritmo
Comparsa - Menudos Bibliotecarios
Cuarteto - Los Cuartetos También Lloran
Chirigota - Los Empapaos
Descanso
Comparsa - Volar Y Soñar
Chirigota - El Batallón Del Neoclor
Comparsa - La Clave
Chirigota - Se Buscan Donantes
Comparsa - Los Tracatrá

Viernes 22 De Enero

Coro - El Chivatazo
Chirigota - Ni La "O" Con Un Canuto
Comparsa - La Favela Gaditana
Chirigota - Los Agropecuarios Antibiótico Mojoso De La Pipirigaña
Comparsa - Los Santos
Descanso
Chirigota - Los De San Juan
Comparsa - Don Carnal
Chirigota - Sosación De Dirertores (Los Artistas También Fuimos Comparsistas)
Comparsa - Los Pérez
Chirigota - Los Telecoñazos

Sábado 23 De Enero

Coro - La Academia
Chirigota - Los Que Mueren Por Febrari
Comparsa - Los Fenómenos
Cuarteto - Cochino El Último
Chirigota - La Secta De Los Pelapapas
Descanso
Comparsa - De Pura Esencia
Chirigota - Los Viejos De Zaragoza
Comparsa - Malos Tiempos
Chirigota - Los Caracartón
Comparsa - Las Lenguas De Abaddon - RETIRADA

Domingo 24 De Enero

Coro - El Batallón De La Libertad
Chirigota - Los Iniesta De Frankfurt
Comparsa - Divas
Chirigota - Los Fuera De Sitio
Comparsa - Boludos
Descanso
Chirigota - Las Niñeras Mágicas Gaditanas
Comparsa - La Diosa Fortuna
Chirigota - El Submarino Amarillo
Comparsa - Los De La Tierra Santa
Chirigota - Ojú Qué Cabeza Tengo

Lunes 25 De Enero

Coro - Seguimos Dando La Vara
Chirigota - Los Que Vienen A Tirar Del Carro - (Santoña - Cantabria)
Comparsa - Lola La Piconera
Cuarteto - Los Vaqueros De Springfield
Chirigota - Los Parapapá
Descanso
Comparsa - Los Bulería
Chirigota - Los Auténticos Trasnochadores
Comparsa - Jandeños
Chirigota - Vetalengua, 112... ¿Quién Dijo Crisis?
Comparsa - Los Matarile

Martes 26 De Enero

Coro - El Patio De Mi Casa
Chirigota - Los Que Bailaron Un Año E Hicieron Olvidar A Los De Antaño
Comparsa - El Ejército De Cai
Chirigota - Los Yogures Griegos
Comparsa - Volver A Empezar
Descanso
Chirigota - El Niño Enfadao (Hemos Cambiao El Nombre)
Comparsa - Los Cupletet
Chirigota - La Pasma (Polizia Autonómica Andaluza)
Comparsa - Kurare
Chirigota - Estamos En El Aire

Miércoles 27 De Enero

Coro - Los Muertos Del Coro
Chirigota - Los Tontotienda
Comparsa - Entre Las Flores
Cuarteto - En Cai Hay Que Morir
Chirigota - Los Falsos
Descanso
Comparsa - El Noticiero
Chirigota - Los Que Se Mueren Por El Día 10
Comparsa - Calles De Harlem
Chirigota - Los Quinquis De Los 80
Comparsa - La Crem De La Crem

Jueves 28 De Enero

Coro - Los Tangueros
Chirigota - Los Naturales (Como Mi Mare Me Parió)
Comparsa - El Sol
Chirigota - Las María Dorada
Comparsa - La Caja De Pandora
Descanso
Chirigota - Los De La Isla De León, Una Especie En Extinción
Comparsa - Los Hombres Del Tiempo
Chirigota - Los Galácticos
Comparsa - Palabritas
Chirigota - Los Que Sufren Por Gusto

Viernes 29 De Enero

Coro - El Duende Del Corralón
Chirigota - La Gorda Me Da De Comer
Comparsa - Los Siembravientos
Cuarteto - La Alegría
Chirigota - Los Que Van Por Derecho
Descanso
Comparsa - Los Quitapenas
Chirigota - Los Que Aprobaron En Septiembre
Comparsa - Porque Digo La Verdad
Chirigota - El Candidato (Y Sus Concejales)
Comparsa - De Estraperlo

Sábado 30 De Enero

Coro - Cantinero De Cuba
Chirigota - Los Meones
Comparsa - Medio Siglo
Chirigota - Derroteitors
Comparsa - El G-15
Descanso
Comparsa - Los Que Viven Del Truco
Chirigota - Los Que No Se Enteran
Comparsa - La Consulta Del Doctor Nolotil
Chirigota - Los Ministros
Comparsa - Diario De Abordo

miércoles, 13 de enero de 2010

El pueblo que vive del mar (II)


En la entrada anterior comentamos el problema de los pueblos de la provincia gaditana tras la obligación de reducir la pesca de atún rojo.
Debido a las consecuencias mencionadas, durante la jornada de hoy los pescaderos barbateños han salido a la calle para manifestarse y reivindicar sus derechos. Han estado acompañado por representantes de distintos partidos políticos, sindicatos, así como comerciantes de otro sectores que han querido sumarse al apoyo por la problemática que atraviesan los trabajadores del mar.
La protesta ha tenido lugar en la localidad de Barbate, recorriendo un camino que comenzaba en la lonja del puerto y finalizaba en el Ayuntamiento sobre las once de la mañana. Dicha reivindicación se producía encabezando un cártel en el que se podía leer: “Zapatero, Barbate se muere siendo europeo”.
El presidente de la Cofradía de Pescadores de Barbate, Pedro Manuel Martínez, ha liderado la marcha, calificando la situación que vive este colectivo como “crítica” y “dramática”, pues reconoce que se trata de un pueblo “con el mayor índice de paro de toda Europa”.
Además recordaba que el sustento económico de la localidad se centra “prácticamente por completo en la pesca”.
Los afectados exigían medidas como que “los planes de captura se hagan sobre estudios biológicos y no sobre cuestiones políticas”. Asimismo creían imprescindible “la actualización de los precios del pescado”, pues consideran el valor irrisorio, ya que el coste, por ejemplo, del boquerón es el mismo que tenía hace aproximadamente quince años. Por si fuese poco el producto barbateño, que es calificado como “fresco”, debe competir con otros semicongelados, procedentes de otros países y que están disponibles también en los mercados locales. Motivo por el cual los protestantes exigen mayores medidas de control.
En esta manifestación –al menos- no han estado solos. Han sido acompañados en todo momento por los trabajadores del Ayuntamiento de Barbate, que llevan desde diciembre sin cobrar sus nóminas por la deuda del Ayuntamiento. También se han sumado sus homólogos –pescadores- de Tarifa, que han convocado otra marcha en esa localidad gaditana.
Por su parte, la Junta de Andalucía comunicó ayer que es el único interlocutor para negociar las peticiones y “aclarar el futuro de la almadraba”. Así lo declaró Clara Aguilera, consejera de Agricultura y Pesca. Quien aseguró, además, que el único objetivo que tienen es el de mantener la actividad y empleo de todos los afectados en el asunto”. Aunque por otra parte afirmó también que "no se ha cerrado ningún acuerdo con el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino (MARM) con respecto a las pesquerías del atún rojo, por lo cual no tenemos cumplidas las garantías del mantenimiento del empleo”.

martes, 12 de enero de 2010

El pueblo que vive del mar


“No se pescan todos los días atunes en el paraíso”, dice la letra del cantautor Javier Ruibal. Canción tomada como himno en los pueblos marineros de la provincia gaditana.
Barbate, Tarifa, Conil y Zahara enclaves que viven de lo que la mar les da, llevando por vocación y bandera una pesca tradicional, concienciada y respetuosa con el medio ambiente.
En septiembre saltaron las primeras alarmas para estos pueblos costeros. Como consecuencia de las capturas masivas y devastadoras que realizan las grandes flotas pesqueras, la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT) decidió, tras varias jornadas de debate en Brasil, bajar en alrededor de un 40% las capturas de esta especie en peligros de extinción
Esta decisión llegaba a Barbate como un cubo de agua fría. Ellos que dejan su vida en la mar, verían quebrado su único sustento.
Un nuevo recorte mundial acabaría prácticamente con esta práctica, pues la reducción de las 1.088 toneladas –ya consideradas insuficientes para hacer rentable el trabajo- a las 600 obliga a cerrar al menos dos almadrabas –de las cuatro existentes- y afectaría a unas 200 personas, pues se calcula que en la provincia gaditana hasta 2.000 familias viven de este sector.
Los gaditanos exigieron tanto a la Consejería de Agricultura y Pesca como a su homólogo en el Gobierno Central que las almadrabas andaluzas fuesen tratadas con prioridad, pues son ellos quienes garantizan “la supervivencia de una flota pesquera modélica y escrupulosamente respetuosa con su entorno”.
Tras innumerables protestas y discusiones sobre la mesa, y a pesar de que la solución parecía prácticamente imposible, hay posibilidades de que se resuelva el asunto. Según ha anunciado el secretario provincial del PSOE, Francisco González Cabaña, tras el pulso político mantenido en las últimas semanas.
González Cabaña ha confirmado que el objetivo de la Junta es mantener la cuota inicial prevista para este año, cifrada en unas 900 toneladas. De esta forma se garantiza la permanencia de las cuatro almadrabas.
Por lo tanto, el sector continuará con un pequeño hilo de esperanza, aunque no sea total la confianza ante los innumerables altibajos que han sufrido las innumerables conversaciones.
La primera medida será apelar al fondo de compensación, por el cual habrá que sumar entre 80 y 100 toneladas de atún rojo procedentes del citado fondo.
Asimismo, la segunda novedad que se extrae del enésimo encuentro con representantes de la Administración es la posibilidad de que la Junta avale a las empresas del sector para que éstas compren cupos pesqueros a terceros países de la Unión Europea.
Esperemos que los pueblos gaditanos sigan mirando al mar con ilusión, aunque por desgracias cada vez le roben un poco más de sus atunes del paraíso.

Contrataciones a cuentagotas


Como comenté en un artículo anterior, 1.900 trabajadores fueron despedidos hace tres años tras cerrar la fábrica de Delphi, ubicada en Puerto Real. Estos proletarios fueron calificados por los medios de comunicación como “parados de lujos”, debido a las subvenciones que recibieron y a que fueron introducidos en cursos de formación para ser posteriormente recolocados.
Actualmente, y tras numerosas estafas sufridas por Bancos como Santander, el grueso de la plantilla sigue sin poseer ninguna labor. Promesas que han ido esfumándose y que –incluso- aparecieron en los periódicos de ámbito local.
En el enclave donde se situaba la empresa norteamericana sigue estando la misma fábrica abandonaba, cada vez más ruinosa.
La Junta de Andalucía prometió que se establecerían en el lugar empresas tecnológicas y de energías renovables, así como fue anunciando la recolocación inmediata de –incluso- los obreros eventuales de la factoría yanqui. Hechos que a día de hoy no se han producido.
Por otra parte, se prometió que 600 de los afectados obtendrían trabajo en Alestis, Gadir Solar o TerraSun. Así lo comunicó el Consejero de Información hace aproximadamente un año: “Hoy puedo anunciar con absoluta formalidad que se van a contratar en junio a los primeros 236 ex trabajadores de Delphi y que lo harán las empresas Alestis y Gadir Solar”, comunicó concretamente. Dicho comentario parece haber caído en saco roto.
Asimismo fue comentando la forma en la cual -las empresas mencionadas- irían adquiriendo el grueso de la plantilla hasta tan sólo quedar en el paro 758 de los iniciales 1.900, ya que aquellos que estaban de forma eventual en Puerto Real han sido prácticamente olvidados.
Ahora, y tras parecer que el asunto había quedado olvidado y nadie se acordaba de los despidos, sale a la palestra informativa que “Componentes Nanotecnológicos Industriales contratará a 50 ex empleados de Delphi y Blue Energy System a otros 12”. Ese al menos fue el titular antes el escepticismo de muchos de los perjudicados.
La semana próxima se celebrarán, al parecer, las entrevistas para la obtención del empleo. Esperemos que en esta ocasión se divise la luz tras el túnel, al menos intentaré mantener informado a todo el que siga interesado en la causa.

domingo, 10 de enero de 2010

Vagas ilusiones


A las siete suena el despertador de un viernes lluvioso. Sus preocupaciones vuelan por unos minutos, pues los nervios le avisan de que se acerca el domingo, día clave de la semana. Desayuna e introduce en su carpeta varios currículos, hoy -al menos- tiene una entrevista de trabajo.
De camino a la parada del autobús se detiene en el quiosco para comprar el periódico, compartiendo con José, propietario del negocio, los “buenos días”.
Inquietante ojea las primeras páginas de la sección de local. Un intento que, finalmente, considera imposible, devorando rápidamente cada línea del apartado de deportes. “Esta semana tenemos que llevarnos los tres puntos”, piensa mientras mira con preocupación la tabla clasificatoria.
Sus estudios poco le valieron. Por ello, se afana a cualquier puesto de trabajo, aunque dicha labor se encuentre en un sector muy lejano al de su verdadera vocación.
Sin percatarse del transcurso del tiempo llega a su destino. Allí es analizado por el encargado de un comercio, el cual borra con un “ya te llamaremos” las pocas ilusiones que tenía por quedarse con el puesto. De vuelta a casa, cabizbajo, deposita sin ganas en varios sitios su currículo, planteándose si verdaderamente quiere terminar en cualquiera de aquellos lugares.
Sus sueños profesionales hace mucho que se esfumaron, se cansó de llamar a una puerta que nunca se abría. Mientras su equipo, aquel que acompañó desde pequeño, cubre las vagas expectativas que le quedan en la vida.
El resto del día transcurre igual que comenzó, buscando un empleo y conversando en la plaza, su casa o el bar, sobre los contratiempos que tiene esta semana el conjunto de camiseta amarilla.
El sábado siempre lo pasa con su familia. Jugando con los sobrinos y paseando con sus padres. El monotema lo comparte con unos hermanos, que si bien no llevan hasta su extremo la pasión por el equipo de la ciudad, comparten el sentimiento hacia la bandera cadista. Tarde pegada a la radio, o leyendo un libro, dan por terminada las últimas horas antes del día que siempre aparece marcado con rojo en los calendarios.
El domingo, en cambio, es otra historia. Las piernas le tiemblan desde que se levanta de la cama y su preocupación por el trabajo queda, por fin, relegado al más profundo de los olvidos. Tras echarse cualquier cosa a la boca se coloca su bufanda para marcharse hacia el estadio con el tiempo justo. Él no quiere previa, sólo ama el fútbol. Un carranza lleno, a pesar de la situación del Cádiz, le recuerda que no está sólo en esta empresa, en este compromiso que adquirió sin darse cuenta.
Los goles van llegando –no del lado que quisiera- y el submarino amarillo, muy cercano al abismo, sale derrotado –una vez más- de su feudo. De vuelta a casa su rabia se convierte en desilusión. Prometiéndose que “ya no más”, que se acabo su eterna pasión por esos colores, y que a partir de ahora sólo se preocupará por lo verdaderamente importante, dando por hecho que el Cádiz no lo es para él.
A la mañana siguiente suena el despertador de nuevo a las siete. Introduce sus currículos en la carpeta y marcha con desazón hacia la calle. Saluda nuevamente a José, comprando el periódico para leerlo en el autobús. Y a pesar de sus promesas, y aún sintiéndose dolido, su lectura comienza por la sección de deportes.

martes, 5 de enero de 2010

Atravesando las olas



Sólo 20 horas. No pudo estar con Cádiz más tiempo su amigo. El mundo le esperaba, como es costumbre en él, desde que fue bautizado en esta orilla del Atlántico. Desplegando sus velas el buque Juan Sebastián Elcano se despedía de su tierra, poniendo rumbo, en su LXXXI crucero de instrucción, a los más recónditos confines del planeta.
Antes quiso regalar a los gaditanos una estampa que no tiene precio. Sus velas, acariciadas y movidas por la brisa, se mezclaban con la catedral y el muelle de fondo. Una imagen bañada por el mar y que tenía como testigos a cien gaviotas que volaban a su vera.
“Hombres llorando como hombres”, escribía Pedro Manuel Espinosa para describir su despedida. Entretanto, la diosa Minerva, plasmada en el mascarón de proa, atravesaba las olas camino al mar abierto. Así fue, como es costumbre, de emotiva su partida. No merece menos el mayor embajador que tiene la ciudad.
Su visita tuvo como destino la isla de San Fernando. Un modo digno de recordar el Bicentenario de Las Cortes, que tuvo su nacimiento en la Isla de León. Merecedora compañía para el pueblo isleño que tiene –de este modo- un respiro ante la corrupción política que le azota.
Aunque mis palabras hoy quieren obviar a los ediles. Evitando tratar el oportunismo de los dirigentes ante un evento de estas características, en los cuales nunca faltan las fotografías de rigor y los tópicos que ya suenan a rancio.
La presencia del navío será disfrutada ahora por enclaves como Río de Janeiro, para posteriormente navegar hasta Montevideo (Uruguay) y Buenos Aires (Argentina), cruzará el estrecho de Magallanes para hacer escala en los puertos de Punta Arenas y Valparaíso (Chile), El Callao (Perú), Guayaquil (Ecuador), y de vuelta a España visitará Charleston y Boston (Estados Unidos) y la Escuela Naval de Marín, en Pontevedra.

Un trazado de instrucción no muy diferente al que el marino guipuzcoano tuvo que capitanear en el siglo XVI tras la muerte de Magallanes, hazaña que merece el nombre de un bergantín, así como el escrito que portan sus maderas: Primus Circumdedisti Me (Fuiste el primero en circunnavegarme).
Y mientras que el barco que tiene por nombre a aquel que circunnavegó los mares se alejaba de la tierra que lo vio nacer, el puente Carranza se abría en forma de reverencia y respeto. Las cañas de los pescadores se paralizaban por la belleza y Cádiz, que no destaca por su riqueza, pudo presumir que -una vez más- regalaba al mundo una de las más bonitas imágenes que pudo contemplar jamás cualquier persona.
Tragando saliva y en silencio volverá la ciudad a la monotonía de sus dificultades, pendiente siempre del viento que traiga consigo a su amigo.