martes, 12 de enero de 2010

El pueblo que vive del mar


“No se pescan todos los días atunes en el paraíso”, dice la letra del cantautor Javier Ruibal. Canción tomada como himno en los pueblos marineros de la provincia gaditana.
Barbate, Tarifa, Conil y Zahara enclaves que viven de lo que la mar les da, llevando por vocación y bandera una pesca tradicional, concienciada y respetuosa con el medio ambiente.
En septiembre saltaron las primeras alarmas para estos pueblos costeros. Como consecuencia de las capturas masivas y devastadoras que realizan las grandes flotas pesqueras, la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT) decidió, tras varias jornadas de debate en Brasil, bajar en alrededor de un 40% las capturas de esta especie en peligros de extinción
Esta decisión llegaba a Barbate como un cubo de agua fría. Ellos que dejan su vida en la mar, verían quebrado su único sustento.
Un nuevo recorte mundial acabaría prácticamente con esta práctica, pues la reducción de las 1.088 toneladas –ya consideradas insuficientes para hacer rentable el trabajo- a las 600 obliga a cerrar al menos dos almadrabas –de las cuatro existentes- y afectaría a unas 200 personas, pues se calcula que en la provincia gaditana hasta 2.000 familias viven de este sector.
Los gaditanos exigieron tanto a la Consejería de Agricultura y Pesca como a su homólogo en el Gobierno Central que las almadrabas andaluzas fuesen tratadas con prioridad, pues son ellos quienes garantizan “la supervivencia de una flota pesquera modélica y escrupulosamente respetuosa con su entorno”.
Tras innumerables protestas y discusiones sobre la mesa, y a pesar de que la solución parecía prácticamente imposible, hay posibilidades de que se resuelva el asunto. Según ha anunciado el secretario provincial del PSOE, Francisco González Cabaña, tras el pulso político mantenido en las últimas semanas.
González Cabaña ha confirmado que el objetivo de la Junta es mantener la cuota inicial prevista para este año, cifrada en unas 900 toneladas. De esta forma se garantiza la permanencia de las cuatro almadrabas.
Por lo tanto, el sector continuará con un pequeño hilo de esperanza, aunque no sea total la confianza ante los innumerables altibajos que han sufrido las innumerables conversaciones.
La primera medida será apelar al fondo de compensación, por el cual habrá que sumar entre 80 y 100 toneladas de atún rojo procedentes del citado fondo.
Asimismo, la segunda novedad que se extrae del enésimo encuentro con representantes de la Administración es la posibilidad de que la Junta avale a las empresas del sector para que éstas compren cupos pesqueros a terceros países de la Unión Europea.
Esperemos que los pueblos gaditanos sigan mirando al mar con ilusión, aunque por desgracias cada vez le roben un poco más de sus atunes del paraíso.

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